miércoles, 30 de diciembre de 2009

Pensando en el nombre de mi nen@

Mirando nombres he visto este articulo, y me ha parecido muy interesante, además da unas ideas que yo tenía ya en mi cabecita, y es ponerle otro nombre dejándole el que ya tiene, aunque realmente me gustaría que se pudiera pronunciar sin problemas y dejárselo, o que se pudiera traducir. Ayyyyy que ganas tengo de escuchar ese nombre.







Una de las primeras cosas que hacemos cuando sabemos que vamos a ser padres es elegir cuál será el nombre de nuestro bebé. Para un padre es importante poder elegir el nombre de su pequeño o pequeña, muchas veces se convierte en una tradición familiar o escogemos un nombre de una persona que ha sido muy importante en nuestras vidas. ¿Pero qué ocurre cuando esa “personita” nueva llega ya con un nombre?
Decidir cambiar o mantener el nombre de un hijo que ha sido adoptado es un asunto que siempre ha creado mucha controversia. Muchos defienden su derecho como padres para poder elegir el nombre de su hijo, otros abogan por el derecho del niño a mantener su identidad original. Lo cierto es que se trata de algo bastante subjetivo, pero como en todo lo relacionado con la adopción, al margen de nuestros intereses, siempre debemos tener en cuenta qué es lo mejor para nuestro hijo.
La experiencia de personas que han sido adoptadas, de padres adoptivos y de estudios de profesionales en el tema, como los recogidos en Inside Transracial Adoption (G. Steinberg & Beth Hall), reconocen la importancia que tiene para una persona que ha sido adoptada mantener el nexo con sus orígenes a través de su nombre original. Lo cierto es que en muchas ocasiones es la única información que conservamos de su pasado o para tu hijo suponga un elemento importante en su identidad que necesita conservar para sentirse “pleno” (sintiéndose parte integrante de tu familia pero conservando su propia identidad).
A veces nos podemos encontrar, y especialmente en el caso de las adopciones internacionales, con nombres que pueden sonar “raros” en nuestro idioma, o que son malsonantes o impronunciables. Para evitar los problemas que pueda causar esto a nuestros hijos pensamos que cambiárselo es una buena opción.
Una buena solución a este dilema, tras muchos años de experiencias en todo el mundo, es la de mantener el nombre original de vuestro hijo, y si lo queréis, añadir otro nombre que vosotros elijáis. De esta forma estaréis demostrándole a vuestros hijos que respetáis sus orígenes y su identidad, es una muestra de respeto y cariño por vuestra parte y además, si elegís un nombre vosotros estaréis dándole un elemento identificativo como parte de vuestra familia.
Sea cual sea vuestra decisión, recordad que aunque podáis pensar que es tan sólo un nombre, en realidad es un elemento identificativo importante en nuestro desarrollo y debemos meditar bien la decisión antes de tomar una decisión.

2 comentarios:

RAQUEL dijo...

este año cuando brindemos seguro que mas de uno pediremos el mismo deseo, ojala se cumpla.
Feliz entrada de año,
chim chim.

Mamita dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con el artículo. De hecho, nosotros hicimos eso con nuestro hijo. Le dejamos su nombre original Akylbeck, pero como nos resultaba muy extraño le pusimos otro español para que todo el mundo pueda llamarle sin problemas y no tenga que estar dando explicaciones del origen de Akylbek.
Un beso guapa, que este año es el vuestro.